Los adventistas deploran toda forma de discriminación basada en la raza, la tribu, la nacionalidad, el color o el género, y procuran combatirla. Creemos que cada persona fue creada a la imagen de Dios, quien hizo de una sangre a todas las naciones (Hech. 17:26). Procuramos continuar el ministerio reconciliador de Jesucristo, quien murió por todo el mundo porque en el “ya no hay judío ni griego” (Gal. 3:28). Cualquier forma de racismo elimina el coraz6n del evangelio cristiano.
Uno de los aspectos más perturbadores de nuestras tiempos es la manifestación de racismo y tribalismo en muchas sociedades, algunas veces con violencia, pera siempre con la denigración de los hombres y las mujeres. Como un cuerpo mundial presente en más de 200 naciones, los adventistas procuran manifestar aceptación, amor y respeto hacia todos, y esparcir este mensaje sanador a través de toda la sociedad.
La igualdad de todos los pueblos es una de las enseñanzas de nuestra iglesia. Nuestra Creencia Fundamental N° 14 declara: “En Cristo somas una nueva creación; las distinciones de raza, cultura, educación y nacionalidad, así como las diferencias entre posiciones elevadas y humildes, ricos y pobres, varones y mujeres, no deben producir divisiones entre nosotros. Somos todos iguales en Cristo, el cual por un Espíritu nos ha unificado en una comunión con él y los unos con los otros; debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni reservas”.