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El síndrome de inmunodeficiencia adquirida SIDA y sus condiciones asociadas se están esparciendo rápidamente alrededor del mundo. Con base en los estudios estadísticos se estima que en un futuro cercano, en muchos países del mundo, cada congregación de 100 personas por iglesia por lo menos un miembro tendrá un amigo o pariente con SIDA.

El SIDA se transmite por medio de dos formas principalmente: intimidad sexual con persona infectada e introduciendo el virus por medio de sangre contaminada con este virus en cuerpo, ya sea por medio de inyecciones con jeringas no esterilizadas o a través de productos de sangre contaminados. El SIDA puede prevenirse evitando el contacto sexual antes del matrimonio y manteniendo una relación monógama en el matrimonio con personas no infectadas y evitando el uso de jeringas no esterilizadas.

Los adventistas deben dar educación de la prevención del SIDA. Por muchos años los adventistas han luchado contra la circulación venta y uso de drogas y continúan haciéndolo. Los adventistas apoyan la educación sexual que incluye el concepto de que la sexualidad humana es un regalo de Dios para la humanidad. La sexualidad bíblica claramente limita las relaciones sexuales con su pareja y excluye la promiscuidad y todas las otras razones sexuales y el consecuente incremento en la exposición al virus del SIDA.

La respuesta cristiana al SIDA debe ser personal, compasiva y útil. Tal como Jesús hizo con aquellos que sufrían de lepra, la enfermedad más temida de su tiempo, sus seguidores jóvenes deberán cuidar de aquellos con Sida. Santiago nos aconseja dos puntos “y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” (Santiago 2:16).

Església Adventista del Setè Dia