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DIOS

Dios es amor, poder y esplendor, y Dios es misterio.

Sus caminos están muy por encima de los nuestros, pero aun así, él llega hasta nosotros. Dios es infinito pero está cercano, tres y sin embargo uno, que todo lo sabe y todo lo perdona. Pasaremos la eternidad manteniendo una relación cada vez más profunda con Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

¿QUIÉN ES DIOS?

Dios es amor, poder y esplendor, y Dios es misterio. Sus caminos están muy por encima de los nuestros, pero aun así, él llega hasta nosotros. Dios es infinito pero está cercano, tres y sin embargo uno, que todo lo sabe y todo lo perdona. Pasaremos la eternidad manteniendo una relación cada vez más profunda con Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

A pesar de la distancia que exige el pecado, Dios se ha revelado de incontables maneras. La Biblia es la historia de Dios en sus esfuerzos por reconectarse con sus hijos, y es un importante método que Dios usa para alcanzarnos. La Biblia es un mosaico de escritores, estilos y perspectivas, y revela a un Dios siempre creativo y paciente, que sigue buscando la forma de restaurar nuestra relación con él. Aunque escrita por gente común, mediante el Espíritu penetra nuestro corazón, abre nuestros ojos y nos convence de que vivamos para él.

Dios el Padre llegó hasta nosotros de la manera más dramática por medio de su Hijo Jesús, que escogió no solo visitarnos sino llegar a ser uno de nosotros. Jesús nació como humano para que podamos renacer en el Espíritu, nos mostró el amor y el carácter de Dios, y hasta qué extremo estuvo dispuesto a llegar Dios para salvarnos de la autodestrucción. Lo que no podíamos hacer por nosotros mismos, Jesús lo hizo por nosotros, pagando el precio por nuestros pecados, muriendo en nuestro lugar para que podamos vivir para siempre.
Por la resurrección conquistó la muerte, y prometió regresar para llevarnos al hogar.
Mientras tanto, Dios no nos ha dejado solos. El Espíritu Santo está aquí para consolarnos, guiarnos y transformarnos, para que vivamos como testigos del amor de Dios. El mismo Espíritu que inspiró a los profetas y capacitó a Jesús, que dio forma a las Escrituras y creó el mundo, nos capacita también a cada uno de nosotros.
El Espíritu activa “el cuerpo de Cristo”, la iglesia, mediante los dones espirituales y una humilde actitud de servicio y compasión.
La Biblia. Antigua, intemporal y una obra maestra de la literatura, nos revela la función de Dios en la historia humana, nuestro lugar dentro del plan de Dios y la verdad, para guiarnos y protegernos del engaño.

La Trinidad. Dios, el inmortal, todopoderoso y plenamente amante, es una relación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es el único ser digno de nuestra adoración. Dios es nuestro Creador, Redentor y Amigo. Dios el Padre. Dios el Padre es la fuente de todo amor y vida. Envió a su Hijo para salvarnos de nuestros
pecados y de nosotros mismos, y para mostrarnos cómo es él. Dios el Hijo. Jesús se hizo humano para salvarnos. Por su medio —nuestro ayudador, abogado y Redentor— podemos comenzar de nuevo. Nos está preparando el cielo, y regresará a llevarnos con él.
El Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos inspira, nos capacita y guía nuestra comprensión.

Dios es amor, poder y esplendor, y Dios es misterio. Sus caminos están muy por encima de los nuestros, pero aun así, él llega hasta nosotros. Dios es infinito pero está cercano, tres y sin embargo uno, que todo lo sabe y todo lo perdona. Pasaremos la eternidad manteniendo una relación cada vez más profunda con Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

A pesar de la distancia que exige el pecado, Dios se ha revelado de incontables maneras. La Biblia es la historia de Dios en sus esfuerzos por reconectarse con sus hijos, y es un importante método que Dios usa para alcanzarnos. La Biblia es un mosaico de escritores, estilos y perspectivas, y revela a un Dios siempre creativo y paciente, que sigue buscando la forma de restaurar nuestra relación con él. Aunque escrita por gente común, mediante el Espíritu penetra nuestro corazón, abre nuestros ojos y nos convence de que vivamos para él.

Dios el Padre llegó hasta nosotros de la manera más dramática por medio de su Hijo Jesús, que escogió no solo visitarnos sino llegar a ser uno de nosotros. Jesús nació como humano para que podamos renacer en el Espíritu, nos mostró el amor y el carácter de Dios, y hasta qué extremo estuvo dispuesto a llegar Dios para salvarnos de la autodestrucción. Lo que no podíamos hacer por nosotros mismos, Jesús lo hizo por nosotros, pagando el precio por nuestros pecados, muriendo en nuestro lugar para que podamos vivir para siempre. Por la resurrección conquistó la muerte, y prometió regresar para llevarnos al hogar.

Mientras tanto, Dios no nos ha dejado solos. El Espíritu Santo está aquí para consolarnos, guiarnos y transformarnos, para que vivamos como testigos del amor de Dios. El mismo Espíritu que inspiró a los profetas y capacitó a Jesús, que dio forma a las Escrituras y creó el mundo, nos capacita también a cada uno de nosotros.

El Espíritu activa “el cuerpo de Cristo”, la iglesia, mediante los dones espirituales y una humilde actitud de servicio y compasión.

La Biblia. Antigua, intemporal y una obra maestra de la literatura, nos revela la función de Dios en la historia humana, nuestro lugar dentro del plan de Dios y la verdad, para guiarnos y protegernos del engaño.

La Trinidad. Dios, el inmortal, todopoderoso y plenamente amante, es una relación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es el único ser digno de nuestra adoración. Dios es nuestro Creador, Redentor y Amigo. Dios el Padre. Dios el Padre es la fuente de todo amor y vida. Envió a su Hijo para salvarnos de nuestros pecados y de nosotros mismos, y para mostrarnos cómo es él. Dios el Hijo. Jesús se hizo humano para salvarnos. Por su medio —nuestro ayudador, abogado y Redentor— podemos comenzar de nuevo. Nos está preparando el cielo, y regresará a llevarnos con él.

El Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos inspira, nos capacita y guía nuestra comprensión. El Espíritu toca nuestro corazón y nos transforma, renovando en nosotros la imagen de Dios con la cual fuimos creados.

Las sagradas escrituras

Antigua, intemporal y una obra maestra de la literatura, nos revela la función de Dios en la historia humana, nuestro lugar dentro del plan de Dios y la verdad, para guiarnos y protegernos del engaño.

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La trinidad

Dios, el inmortal, todopoderoso y plenamente amante, es una relación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es el único ser digno de nuestra adoración. Dios es nuestro Creador, Redentor y Amigo.

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El padre

Dios el Padre es la fuente de todo amor y vida. Envió a su Hijo para salvarnos de nuestros pecados y de nosotros mismos, y para mostrarnos cómo es él.

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El hijo

Jesús se hizo humano para salvarnos. Por su medio —nuestro ayudador, abogado y Redentor— podemos comenzar de nuevo. Nos está preparando el cielo, y regresará a llevarnos con él.

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El Espíritu Santo

El Espíritu Santo nos inspira, nos capacita y guía nuestra comprensión. El Espíritu toca nuestro corazón y nos transforma, renovando en nosotros la imagen de Dios con la cual fuimos creados.

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